En 1996, el colegio St. Paul´s de Hurlingham sufrió un incendio de proporciones; sin embargo, esta desgraciada circunstancia fue revertida por las autoridades de la institución, que encargaron al arquitecto Jeffrey Berk una adecuación del edificio a las cambiantes necesidades educativas actuales. La propuesta consistió en organizar el proyecto alrededor de un patio de expansión, que hace referencia al sitio que ocupaba la construcción original y se transforma en el eje central de todas las actividades.
Hay desastres que dan pie a resurgimientos. El incendio de una casona de estilo inglés, ocurrido a mediados de 1996, en el que funcionaba el colegio St. Paul´s fue tomado por las autoridades de la institución como una oportunidad para realizar una adecuación del colegio a las cambiantes necesidades de los espacios educativos.
La propuesta consistió en organizar el proyecto alrededor de un patio de expansión, un partido tradicional en arquitectura educacional, pero que en esta oportunidad hace referencia al sitio que ocupaba la construcción original.
El arquitecto Jeffrey Berk explicó que prácticamente el mismo espacio que antes ocupaba la casona que fue devorada por las llamas es el que ahora tiene como uso principal la expansión de los alumnos. El espacio creado pasó a ser el eje del nuevo edificio y el centro a partir del cual se estructuran todas las actividades.
“Nos propusimos revertir la carga negativa que existía en el sitio que había ocupado el edificio desaparecido y, como una suerte de homenaje, se planteó dejarlo como una huella del pasado sobre la que se inscribe el futuro”, sintetizó el autor del proyecto y la dirección de la obra.
En este nuevo patio no sólo se produce la expansión descubierta del colegio, sino que también se pueden presenciar representaciones teatrales, puesto que el escenario del salón de actos tiene un fondo que da al patio.
“En un todo de acuerdo con las autoridades del colegio -continúa Berk-, quisimos otorgarle al patio la esencia del teatro isabelino definido por la planta de gradas circular, escenario que cierra la herradura y la platea descubierta.”
Así, esta idea de contar con una expansión que en ciertas ocasiones funcione como si fuera un teatro isabelino se vincula con la propuesta pedagógica de la institución, que le otorga un papel fundamental a las representaciones teatrales -se realizan dos por año-, en las que se integran las diferentes habilidades de los alumnos y participan también las familias.
Recova e imagen austera
Hay en el proyecto de Berk otros elementos de interés. Uno de ellos es la recova propuesta que arranca en el volumen que conforma el frente del colegio y se cierra contra el auditorio (salón de actos).
Se trata de una recova interna que señala el eje de circulación del edificio y que funciona al mismo tiempo como expansión cubierta de las aulas. Al volcarse dicha recova sobre el patio mencionado, produce una versión libre de las tradicionales galerías escolares y refuerza la idea rectora del diseño de darle el principal protagónico al patio o courtyard, como prefiere llamarlo Berk.
Al acceder al colegio, la primera manifestación de la recova es un gran atrio de doble altura que deriva al visitante hacia la recepción o hacia las aulas.
Luego, el recorrido se va alternando con gradas y extensión de escalones que invitan a los estudiantes a utilizar las áreas exteriores como sitios de trabajo y sociabilidad
Los materiales utilizados: ladrillo visto, revoques y carpinterías de chapa apuntan a lograr un edificio austero y de bajo mantenimiento.
La fachada principal del edificio ofrece hacia la calle un frente continuo con un ala en la que predominan las ventanas (a la izquierda) en correspondencia con las aulas y otra con preponderancia del muro de ladrillo, que corresponde a la administración, en la planta inferior, y a la sala de medios y biblioteca en los dos niveles superiores.
Desde el punto de vista formal, el uso de arcos rebajados en simple y doble altura, y la unificación del conjunto por medio de una cornisa de aluminio le otorgan al colegio una imagen sólida, maciza y contemporánea. .
Por Horacio G. Levit