Eco-sede para los seguros

ARQ 7 diciembre 2010

Jeffrey Berk–Aníbal Cianfagna Arquitectos proyectó en Sunchales, Santa Fe, un edificio corporativo sustentable para el Grupo Sancor Seguros.

 

El lugar: un predio de 10 hectáreas ubicado sobre la Ruta Nacional N°34, en el acceso a la ciudad de Sunchales, provincia de Santa Fe. Ese fue el sitio elegido para levantar la nueva sede corporativa del Grupo Sancor Seguros, una empresa que comenzó en Sunchales en 1945 con proyección regional, luego nacional, y cuya red hoy se extiende a otros países como Uruguay, Paraguay y Brasil.
El proyecto y dirección de la nueva sede estuvo a cargo del estudio Jeffrey Berk–Aníbal Cianfagna Arquitectos. “La ubicación es estratégica, ya que coloca a la corporación sobre una de las rutas más transitadas a nivel nacional”, adelantan sus autores, y agregan que, a su entender, la elección del sitio es un ejemplo de federalismo que opera como motor para convertir a una ciudad del interior en un nuevo polo de desarrollo.
En el predio, que pertenecía anteriormente al Automóvil Midget Club de Sunchales, los arquitectos organizaron el programa subdividiéndolo en dos partes principales: un edificio corporativo y un hotel para los consejeros del grupo, provenientes desde distintas provincias del país.
El edificio corporativo se subdivide a la vez en cuatro sectores: un bloque laminar curvo, dispuesto en forma paralela a la ruta, y otros tres que se ubican perpendicularmente a éste, componiendo en conjunto una especie de peine.
El área institucional de la empresa ocupa el bloque principal, que se desarrolla francamente sobre la ruta. “Esta disposición, coincidente con el eje Norte-Sur, determinó que, por fuera, las fachadas se equipen hacia el Este –contrafrente– con grandes parasoles horizontales que son la continuidad de la cubierta y; hacia el Oeste –frente–, con una serie de parasoles verticales que protegen del sol de la tarde”, explican los autores.
En el interior de este bloque, que alberga la parte pública del programa, tanto en la planta baja como en la alta, una franja de servicios divide el área de circulación pública de los distintos usos, protegiéndolos del sol matinal. En la planta de acceso se acomoda la recepción, el lobby, hall de distribución y exposición, salas de reuniones, museo y auditorio; en tanto que la planta superior aloja la presidencia, secretarías, la sala del consejo, el estar de consejeros y la gerencia general.
El programa se completa, en el basamento, con el comedor del personal, el gimnasio, las cocheras y demás salas técnicas.
Por su parte, en los otros tres edificios se distribuyen las áreas operativas (áreas gerenciales, jefaturas y puestos de trabajo), que se abren hacia el contrafrente en la búsqueda de las mejores orientaciones. “Entre sí, estos bloques operativos se abren en ángulo para protegerse del sol del noroeste”, detallan los arquitectos. Lo hacen además con un muro de aspecto cerrado, que integra tiras de ventanas de proporciones apaisadas. Hacia el sur, los puestos de trabajo se abren con amplias fachadas vidriadas, protegidas a la vez por galerías. “Esto permite que los puestos de trabajo disfruten de vistas y mucha luminosidad, con un buen control sobre el deslumbramiento”, dicen.
Los arquitectos describen que, en el predio, el hotel para consejeros se implanta hacia un costado, un tanto desplazado del edificio corporativo. “Su planta, conforma de “U” en torno a un patio central, alberga en el ala principal, un área social con recepción, estar y comedor. Y, en las otras dos, doce habitaciones, cada una de ellas, con sus propio estar íntimo”, detallan. Y agregan que “el hotel se desarrolla en un eje Este–Oeste, protegiéndose con grandes galerías de las distintas orientaciones”.

Edificio verde

Según explican los arquitectos, al proyectar la sede, buscaron poner en valor aspectos tanto sustentables como económicos, ligados al diseño, la materialización del proyecto y el ahorro energético.
Así, las cubiertas de chapa recogen el agua de lluvia para reutilizarla como agua de riego y reserva de incendio. “Cada cubierta vuelca el agua recolectada en un espejo propio”, explican. La del edificio institucional lo hace en una laguna con forma de óculo, ubicada sobre el acceso, entre su frente y la ruta. Y, las de los edificios operativos la vuelcan en espejos de agua situados en la parte posterior de cada uno de los bloque. El objetivo de estos planos de agua, a la vez, es que sus superficies humedezcan los vientos predominantes para que atemperen la incidencia del sol en las fachadas. A su vez, todos los espejos están interconectados y rebalsan a la laguna principal. Agregan los arquitectos que la capacidad total del sistema es de 1.200.000 metros cúbicos y se complementa con el bombeo de una vertiente de agua dulce, situada a 2 km del predio.
Entre otras características, los efluentes cloacales se recolectan en una planta de tratamiento que separa líquidos de barros, para distribuirlos para el riego del 40% del parque. Además, sobre las cubiertas, ocho colectores solares proveen agua caliente a los baños de los sectores operativos y la cocina. Por su parte, los cristales que componen las fachadas son DVH, e integran, por fuera, un vidrio templado verde de 8 mm.; una cámara de aire de 12 mm. y, en el interior, un vidrio laminado incoloro de 3+3 mm., lo que brinda un coeficiente de sombra de 0,54.
Desde lo tecnológico, se buscó complementar los aspectos sustentables del edificio con la integración de los distintos sistemas en un administrador del tipo inteligente (building management system BMS): éste opera sobre la iluminación, los sistemas de oscurecimiento y el control de la climatización del aire. Además, administra los sistemas de control de alarmas, de detección de incendio y de CCTV, voz y datos.
En relación con la materialidad, los arquitectos apuntaron a que cada elemento aportase sus propias características de color y textura. Así, usaron pórfido en el basamento del bloque institucional y las fachadas norte de los edificios operativos, “para transmitir el peso de la tradición y permanencia de una empresa ligada al resguardo del patrimonio”. Con el aluminio y el vidrio su buscó hacer referencia a lo corporativo, sin apelar a las terminaciones espejadas, para evitar reflejos en el horizonte. En el interior, una gran estructura de madera conforma un cielo raso que, por su curva y contracurva, distribuye la luz a los distintos locales.
Para mejorar de calidad de vida del empleado, la sede tiene su propio gimnasio y, en el perímetro del predio, un circuito aeróbico. Además, se está por desarrollar un parque lineal en el costado de la ruta y hasta el acceso a la ciudad, equipado con bici senda.
Toda una nueva sede inserta en un parque sustentable, en el que se plantaron más de 1200 árboles de distintas especies perennes.

 

Por Daniela Moya – ARQ Clarín

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