ABOGADOS: la nueva sede de Lomas de Zamora

Con la inauguración del edificio se consolida definitivamente el polo judicial del Oeste

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Líneas horizontales, materiales expresados según su naturaleza (sin pinturas ni revestimientos), luminosidad, y funcionamiento claro y abierto caracterizan el edificio del Colegio de Abogados de Lomas de Zamora (CALZ) que se acaba de inaugurar. Se trata de cualidades fáciles de enumerar pero difíciles de alcanzar, sobre todo si se trata de un diseño que, a las habituales demandas de economía de costos de construcción y mantenimiento, debe sumar la encomienda de ser portador de una imagen de eficiencia, modernidad y transparencia institucional que hoy constituye un reclamo generalizado de todos los ciudadanos hacia las entidades que los representan.

El arquitecto Jeffrey Berk, autor del proyecto y dirección de obra, señaló que, en la inauguración, el presidente del Colegio, doctor Juan Carlos Abud, trazó un paralelo entre la imagen de transparencia y luminosidad que proyectaba el edificio y la que la profesión de abogado debe transmitir.

Emplazado en un predio lindero con los tribunales de Lomas de Zamora, que fue cedido mediante una permuta con la municipalidad, la nueva sede del CALZ contribuye a afianzar el polo judicial que se prevé consolidar en un futuro, mediante la construcción del Foro Federal, el Colegio de Magistrados, y la sede del gremio de empleados judiciales (ver recuadro, Pág. 2).

Sobre un lote de casi dos hectáreas, los arquitectos Berk y Aníbal Cianfagna, como asociado, situaron el edificio en el centro del terreno, dejando al frente y contrafrente la playa de estacionamiento. Sobre el acceso de calle Larroque se localizó el puesto de control y seguridad y junto a él una construcción que aloja al servicio jurídico gratuito que el Colegio brinda a los ciudadanos.

El edificio principal se desarrolla como un pequeño centro cívico alrededor de un patio. El programa de necesidades se agrupa alrededor de un espacio aglutinador que se comporta como un ágora, según lo definen los arquitectos. La elección de ese partido permitió organizar las funciones en forma clara y facilitar la orientación a los usuarios.

En planta baja se desarrollan todas las actividades administrativas y en la planta superior, las académicas y las correspondientes al cuerpo directivo. Un puente que vincula los cuerpos principales enmarca el pórtico de acceso de doble altura.

El edificio no apela ni a exhibicionismos ni a paroxismos; por el contrario, recurre a la claridad funcional. La disposición de los locales apunta a su fácil identificación, y los materiales son familiares y nobles.

En la planta baja se sitúa el área de trabajo, la biblioteca y las oficinas de previsión social, y en la planta alta, el sector administrativo (con oficinas para las distintas comisiones, gerencia y presidencia). En una de las alas del patio se emplaza la confitería y, del otro lado, el auditorio, que funciona como salón de usos múltiples.

Esa vocación de transparencia, señalada al principio, se manifiesta no sólo en los grandes paños vidriados que acentúan la horizontalidad del edificio, particularmente en el frente principal, sino también en el interior, donde, en los sectores destinados a la administración y comisión directiva, los paños vidriados permiten que todas las actividades estén al alcance de la vista de los usuarios.

Hay en el diseño una suerte de mesura constructiva. El edificio posee una estructura de hormigón independiente con entrepisos sin vigas, cerramiento de ladrillo vista y carpinterías de aluminio anodizado color natural.

Los materiales son de bajo mantenimiento, y el criterio fue emplearlos en forma natural, casi sin pinturas ni revestimientos para que luzcan tal cual son.

Distintos recursos

El diseño acentúa las líneas horizontales merced a diferentes recursos: los paños de carpintería están rehundidos y protegidos por aleros de hormigón, y la cubierta de chapa al frente, junto con los techos de las galerías internas, contribuyen a acentuar el efecto apaisado. El edificio está elevado aproximadamente 70 cm por sobre el nivel del terreno natural, lo que también contribuye a acentuar la horizontalidad del conjunto y a destacarlo por sobre el entorno.

La construcción se inició en enero de 2002, a días de la devaluación de la moneda, por lo que las autoridades de la CALZ, de común acuerdo con los proyectistas, decidieron ante la indefinición de los costos posponer la ejecución de la confitería para una segunda etapa de construcción (sólo se realizaron las fundaciones). No obstante, el partido adoptado por los diseñadores, que permite que tanto la confitería, como el auditorio y la Caja de Previsión Social puedan tener un funcionamiento independiente de las actividades del edificio principal, facilita que el conjunto alcance ya una imagen totalizadora acorde con el mensaje institucional que el Colegio aspira transmitir a la comunidad.

El polo judicial del Oeste

Según la opinión del doctor Alejandro Trotta, presidente de la Comisión de Obras del Colegio de Abogados, existen firmes gestiones para convertir el área en un verdadero polo judicial. La idea es incluir en el sector los juzgados federales del Poder Judicial de la Nación; ampliar los tribunales provinciales existentes, los Tribunales de Faltas Municipales, y una alcaldía para detenidos en tránsito, con capacidad para 60 personas. También se quiere incluir una dependencia de la Subsecretaría de Trabajo.

Ficha técnica

Obra:
Nueva sede del Colegio de Abogados de Lomas de Zamora

Proyecto y dirección:
Jeffrey J. Berk y Aníbal Cianfagna arquitectos

Colaboradores:
Verónica Aita, Esteban Puente, Alejandro Ledesma, Cecilia Bobbio, arquitectos

Constructora:
Azzollini Construcciones SRL

Estructura:
ingeniero Eduardo Diner

Instalaciones:
ingeniero Carlos Oneto

Termomecánica:
ingeniero Héctor Penizzotto

Electromecánica:
ingeniero Esteban Pfeiffer .

Horacio G. Levit

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